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HISTORIAE

La Batalla de Issos

Introducción

Alejandro III de Macedonia (356 – 323 a.C.), más conocido como Alejandro Magno, es uno de los personajes históricos más atractivos de estudiar no solo de la Historia antigua, sino de la Historia en general. Su breve pero intensa vida, la trascendencia de todas sus hazañas militares, y el cambio radical que provocó en todo el mundo ha propiciado que en los últimos siglos se hayan publicado miles de estudios sobre todo lo referido a su vida y obra. Sin embargo, si hay un aspecto que destaca de entre todos los demás es su recorrido de conquistas y victorias por Asia, siendo la lograda en la Batalla de Issos una de las más importantes.

Mapa de la máxima extensión del imperio de Alejandro Magno
Mapa de la máxima extensión del imperio de Alejandro Magno

Antecedentes a la Batalla de Issos

Después de las notables conquistas que había logrado tras su victoria en la batalla de Gránico (Sardes, Éfeso, Mileto, Halicarnaso…), Alejandro Magno estaba listo para pasar de Anatolia y empezar a adueñarse de Asia. No obstante, las graves fiebres que contrajo en Tarso y que lo pusieron al borde de la muerte retrasaron la partida del ejército hasta finales del verano del año 333 a.C. Quizás motivado por esta enfermedad, Alejandro tomó una decisión temeraria: en vez de adentrarse en Mesopotamia para enfrentarse directamente con las tropas persas, dirigió sus tropas hacia la franja siropalestina y Egipto, buscando el objetivo de privar a la flota persa de sus bases navales en Siria y Fenicia.

Mientras tanto, el rey persa Darío III había asumido ya que su estrategia de contención del soberano macedonio en Asia Menor había fracasado. Después de una reunión con sus máximos consejeros militares y representantes de la nobleza, el Rey de Reyes se puso al frente del grueso del ejército imperial en Babilonia y marchó hacia el norte, siguiendo el curso del río Eúfrates. Sin embargo, cuando el emperador se enteró de los planes de Alejandro, ordenó a sus tropas rodear el extremo norte de la cordillera de los Amanus (en la actual provincia turca de Hatay) para dirigirse entonces hacia el sur y alcanzar al ejército macedonio por la retaguardia.

Mosaico hallado en la Casa del Fauno de Pompeya en la que se representa la batalla de Issos
Mosaico hallado en la Casa del Fauno de Pompeya en la que se representa la batalla de Issos

Preparando la batalla de Issos

Después de esta brillante iniciativa, Darío III cometió uno de sus grandes errores: dejó que Alejandro escogiera el campo de batalla en el que se iban a enfrentar. Para neutralizar la importante superioridad numérica que tenían los persas sobre los macedonios, el conquistador decidió enfrentarse a su enemigo en Issos, al norte de Siria, en una estrecha llanura costera en la que el rey persa no podría desplegar completamente su poderoso ejército.

Las fuerzas persas se colocaron en el margen derecho del río Pínaro, con Darío III en el centro de su línea de combate, detrás de la guardia real de inmortales y los mercenarios griegos. A uno y otro lado de éstos situó a los cardacos (la infantería pesada persa), y en el extremo de su ala derecha, junto al mar, dispuso el mayor punto fuerte de sus tropas: la caballería, que debía flanquear a los macedonios e iniciar una maniobra envolvente. En el otro lado del río, Alejandro Magno se puso como de costumbre al frente de los Hetairoi, la caballería de élite, en el ala derecha; en el centro dispuso entre otros a la falange macedonia; y en el ala izquierda, dirigida por Parmenión y enfrentada cara a cara con la caballería persa, colocó a los jinetes griegos, reforzados con la caballería tesalia.

Ilustración de la batalla de Issos 333 aC Arrecaballo
Ilustración de la batalla de Issos en el 333 a.C. (Arrecaballo)

Uno de los grandes problemas que tenemos respecto a la batalla de Issos (noviembre del 333 a.C.) es establecer un cálculo aproximado sobre el número de efectivos de cada bando, ya que las fuentes de conocimiento de uno y otro tienden a ensalzar a sus respectivos reyes. Según el autor clásico que consultemos, las cifras varían desde los 312.000 hasta los 600.000 hombres para el Imperio Persa, cantidad del todo inverosímil. Actualmente, las mejores estimaciones hablan de 40.000 efectivos para los persas y 37.000 para los macedonios, destacando el número de integrantes de la caballería, que sería muy similar (unos 5000, aproximadamente).

Desarrollo de la batalla de Issos

El tablero estaba dispuesto, y ahora iban a comenzar a moverse las piezas. Gracias a Calístenes, el cronista oficial de Alejandro Magno durante sus campañas, podemos hacernos una idea aproximada acerca de cómo debió de ser el enfrentamiento. El rey macedonio fue el primero en atacar encabezando la carga de los Hetairoi, ante la cual el enemigo cedió. Si la carga de la caballería de élite fue un éxito, la de la falange fue un fracaso, ya que su estricta formación se deformó al cruzar el río, lo que permitió que los mercenarios griegos se infiltraran a través de los huecos resultantes. Mucha mejor suerte no estaba corriendo la caballería de Parmenión, que estaba cediendo a la fuerzas de los jinetes persas.

La Batalla de Issos por Jan Brueghel el Viejo, en el Museo del Louvre 1602
La Batalla de Issos, por Jan Brueghel el Viejo (1602), actualmente en el Museo del Louvre

Ante este panorama, que no pintaba demasiado bien para los suyos, Alejandro Magno tomó la decisión que cambiaría el rumbo de la batalla. Giró a la izquierda y cargó contra el centro persa, donde estaba el carro dorado del Rey de Reyes, generando dos efectos: por una parte, para defenderse de este ataque, los mercenarios griegos aflojaron su presión sobre la falange macedonia, que pudo rehacer su formación. Por otra parte, Darío III quedó gravemente expuesto, y al final no le quedó otro remedio que salir huyendo para salvar la vida. Aunque había luchado valientemente durante la contienda, Darío III no podía exponerse a ser capturado o asesinado, ya que su muerte habría implicado directamente la rendición y desintegración de todo el Imperio Persa. Así, cuando los combatientes supieron que su rey había abandonado el campo de batalla, hicieron lo mismo.

A pesar de todo, la decisión de huir del emperador persa parecía en ese momento el mal menor. Si bien es cierto que perdían una batalla que todavía no estaba decidida y que podrían haber ganado, al salvar la vida el Imperio Persa seguía en pie y podría prepararse de cara a luchar en alguna batalla trascendental y definitiva en el futuro.

Otra ilustración sobre la batalla de Issos 333 aC Arrecaballo
Otra ilustración sobre la batalla de Issos en el 333 a.C. (Arrecaballo)

Consecuencias de la batalla de Issos

La victoria del reino de Macedonia en la batalla de Issos supuso uno de los mayores puntos de inflexión de la meteórica carrera de Alejandro Magno. En primer lugar, debido a las bajas humanas. Nuevamente, es bastante complicado ofrecer un número aproximado, pero sí se sabe a ciencia cierta que fue uno de los mayores desastres militares de la Historia del Imperio Persa. Según estimaciones modernas, el imperio de los aqueménidas podría haber perdido un 50-70% del grueso de su ejército, en contraposición del de los macedonios, que solo habría perdido en torno a un 20%.

En segundo lugar, debido al ingente botín de guerra logrado. Tras la huida del ejército enemigo, los macedonios saquearon el campamento persa, donde se encontraba la lujosa tienda del rey aqueménida. Allí, según la tradición persa, esperaban el desenlace del combate parte de la familia de Darío III: su madre Sisigambis, su esposa Estatira, dos de sus hijas y un hijo. A partir de este momento, en público Alejandro siempre trataría a estas mujeres con gran respeto, queriendo así ganarse el apoyo de las élites sociales persas. Poco después del final de la lucha, Parmenión fue enviado a Damasco, donde se apoderó del tesoro real persa: 2600 talentos (aprox. unas 78 toneladas) de plata en monedas. Con este enorme botín Alejandro no solo saldó todas las deudas contraídas por la guerra, sino que ganó lo suficiente para pagarle a todo su ejército durante seis meses.

La familia de Darío ante Alejandro Magno, por Justus Sustermans sXVII National Geographic
La familia de Darío ante Alejandro Magno, por Justus Sustermans (s. XVII) (National Geographic)

Bibliografía

BARCELÓ, P. (2011): Alejandro Magno. Alianza Editorial, Madrid.

CASALS MESEGUER, J.M. (2018): Alejandro el conquistador. Gredos, Barcelona.

DE SOUZA, P. (2008): La guerra en el mundo antiguo. Editorial Akal, Madrid.

DOMÍNGUEZ MONEDERO, A. (2006): Atlas histórico del mundo griego antiguo. Síntesis, Madrid.

GÓMEZ ESPELOSÍN, F. (2001): Historia de la Grecia antigua. Akal, Madrid.

POMEROY, S. [et.al.] (2012): La antigua Grecia. Historia política, social y cultural. Crítica, Barcelona.

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Comentarios (7)

De ante mano gracias por la ilustración historica tan formidable buen sustento historico Felicidades

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De ante mano gracias por la ilustración historica tan formidable.
En el cual se ve la valia de este gran perspnaje como es Alejandro Magno.
buen sustento historico Felicidades

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Muchas gracias a ti, Marco, por leerme. Es un placer escribir para gente como tú

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Excelsa aportación histórica mis agrademientos por su obra.

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Muchas gracias a ti por leerme! Un abrazo

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La verdad he escuchado mucho sobre la historia de Alejandro Magno. Y me gusta leer los artículos a serca de este personaje.

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No fué un gran genio militar, tenía una estrategia bien definida, por todos sus rivales conocida que no supieron contrarrestar. Atacar con su caballería la retaguardia del ejército enemigo, y enfocarse en los puntos más débiles.

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