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HISTORIAE

La Liga del Peloponeso

¿Qué fue la Liga del Peloponeso?

A mediados del siglo VI a.C., mucho antes del inicio de las Guerras Médicas, Esparta era el Estado más poderoso de la antigua Grecia. Esto llevó a la polis a querer establecer alianzas con todos los demás Estados de la península del Peloponeso. Hacia finales de siglo se creó lo que los historiadores modernos llamamos la Liga del Peloponeso. Durante el transcurso de las Guerras Médicas se integró en la Liga Panhelénica, pero cuando Atenas y sus aliados formaron la Liga de Delos, Esparta volvió a formar su propia alianza.

Los objetivos de la Liga del Peloponeso nunca estuvieron tan bien definidos como los de la posterior Liga de Delos. Era una alianza militar para la protección recíproca de las ciudades integrantes. Cada miembro debía contribuir con tropas en caso de guerra, y juraban tener los mismos aliados y los mismos enemigos. Al contrario de la Liga de Delos, en la Liga del Peloponeso no se pagaba ningún tipo de tributo, excepto en tiempos de guerra. Además, Esparta no podía dictar las acciones a seguir, así que no podía obligar a los miembros de la Liga a ir a una guerra a la que se opusieran.

Mapa del mundo griego durante las Guerras Médicas
Mapa del mundo griego durante las Guerras Médicas

Ciudades de la Liga del Peloponeso

La Liga del Peloponeso era una alianza militar de la que formaban parte todos los Estados de la península excepto Argos y Acaya, y algunas ciudades foráneas, como Tebas, de la región de Beocia. La fortaleza de esta alianza estaba en la unión de sus fuerzas militares. El extraordinario poder de Esparta residía en su ejército de hoplitas espartanos, mientras que las mayores flotas procedían de Corinto, Egina y Sición. Precisamente, una de las primeras acciones conjuntas de la Liga fue la derrota cometida a Argos en la batalla de Sepea del 494 a.C. También pertenecían a la Liga ciudades como Tegea, Olimpia, Elis, Mesenia o Fliunte.

El gobierno de la Liga del Peloponeso era bicameral. Estaba formado por la asamblea de los espartanos y el congreso de los aliados, en el que cada miembro tenía un voto. No obstante, solo los espartanos podían convocar una reunión de la Liga, al igual que eran los únicos que podían comandar las fuerzas en la batalla. Por estos motivos, Esparta se convirtió en el líder natural de los griegos en la mayoría de batallas de las Guerras Médicas.

Mapa de la Península del Peloponeso, incluyendo las ciudades que formaron la Liga del Peloponeso
Mapa de la Península del Peloponeso, incluyendo las ciudades que formaron la Liga del Peloponeso

Los miembros de la Liga estaban unidos solo por su acuerdo de colaboración militar, ya que no eran amigos entre ellos. Todos se movían por sus propios intereses defensivos. Esparta necesitaba aliados para sus luchas contra Argos, o en el caso de que se produjeran otras sublevaciones de los ilotas, y los otros miembros necesitaban la garantía de seguridad que suponía la protección espartana.

La lucha por la hegemonía griega

Como hemos visto en entradas anteriores, una de las consecuencias de las guerras médicas fue el desarrollo de un profundo sentido de identidad helénica. Durante un tiempo, ese sentimiento común hizo que espartanos y atenienses compartieran el primer puesto como gran potencia de Grecia. Evidentemente, esto no podía durar mucho. Las ambiciones de ambas potencias condujeron a una serie de guerras por la hegemonía a lo largo de la mayor parte del siglo siguiente al fin de las Guerras Médicas. Entre ellas podemos destacar la «Primera» Guerra del Peloponeso (460-445 a.C.), las dos fases de la «Segunda» Guerra del Peloponeso (431-421 y 413-404 a.C.), y la Guerra de Corinto (395-386 a.C.).

Mapa del mundo griego en vísperas de la Guerra del Peloponeso
Mapa del mundo griego en vísperas de la Guerra del Peloponeso (431 a.C.)

Al terminar estos conflictos, Esparta se convirtió de manera indiscutible en la mayor potencia de Grecia. Sin embargo, esta hegemonía fue bastante efímera. La Liga del Peloponeso siguió existiendo hasta el 360 a.C., aproximadamente. Fue en ese momento cuando Corinto y otros miembros la abandonaron por la pérdida de prestigio de Esparta tras su derrota ante Tebas en la batalla de Leuctra (371 a.C.).

Bibliografía

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CÁNFORA, L. (2003): Aproximación a la historia griega. Alianza, Madrid.

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GÓMEZ ESPELOSÍN, F. (2001): Historia de la Grecia antigua. Akal, Madrid.

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POMEROY, S. [et.al.] (2012): La antigua Grecia. Historia política, social y cultural. Crítica, Barcelona.

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